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Escribe Carlos Carpintero a título personal. Un partido conceptual no es un tema. Un tema es una generalidad: falta un recorte que nos indique el lugar desde donde vamos a abordar ese tema. Ejemplo desafortunados de partidos conceptuales:
- La venganza.
- El contraste.
- Lo doble.
- La nostalgia.
- El caos y la mugre.
- La realidad es descartable.
- El odio como organizador.
- Lo poético de la marginalidad.
- El caos genera belleza.
Un ejemplo que trabajamos ayer fugazmente en la comisión de Laura (late at night). El alumno dice "mi partido es el bar". Su cuento era el de Fontanarrosa. ¿Cuántas páginas se pueden generar con los objetos presentes en un bar? Tres dobles y empezamos a balbucear. Hicimos el ejercicio de particularización: ¿qué es lo importante del bar? Los diálogos. ¿Por qué? Porque van aumentando las historias hasta que lo real se pierde. Y avanzamos en un provisorio "el diálogo de bar como constructor de la realidad". Más tarde el alumno podrá pensar, por ejemplo, si trabaja con una carta (un menú) donde los platos sean distintas formas de ver el pasado, en tipos o fotos. Pero lo importante es esto: el partido conceptual es una orientación, una dirección, una apertura hacia un fragmento específico de una temática, y no una clausura de límites estrictos, una anécdota difusa o vacía ni un listado de simbolos.
2 comentarios:
me parecio excelente la explicacion ya que es de facil entendimiento aun concepto algo complicado de realizar, estoy estudiando diseño grafico y me fue util leer tu post ya que me ayuda a realizar mas ricos mis proyectos.
muchas gracias, Johnny Bravo.
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