¿Una crisis de pánico lo acosa cada vez que abre el Photo
Pain para desarrollar su libro objeto? No desespere, en este post encontrará todo lo que siempre quiso saber para hacer el proyecto en pocos minutos y liberar su tiempo para actividades más edificantes. Como aprender a tocar el riff de Satisfaction con
Peter Capusotto (AKA Juan Carlos Pelotudo) mientras toma
Teem natural.1)
Use psicología inversa. No se pregunte "¿Cómo puedo hacer el libro objeto?" si no "¿Cómo puedo no hacer el libro objeto?". Así, se sorprenderá a sí mismo junto a la hinchada de
Atlético de Rafaela pensando en partidos conceptuales mientras insulta al referí:
• Si yo fuera un hincha ¿qué características debería tener un libro para poder ser usado en la tribuna?: resistir el sudor propio y el agua de los bomberos, estar disumulado dentro de un Olé, armar sus páginas con banderas de equipos rivales, tener hojas troqueladas en cuadraditos para poder arrojar.
Puede reemplazar el tablón por cualquier otra actividad y pensar en el libro como objeto que se realiza en un uso, más allá del evidente (que es leerlo, por supuesto).
2)
Complíquese la vida. En lugar de pensar en hacer un libro objeto, cruce el cuento que le tocó con otro y trate de hacer los dos en uno. Esto será casi imposible, pero como efecto colateral le quedará un libro objeto buenísimo. Ejemplos:
• Eugenia convertida en obra de arte + Elogio de la locura (Erasmo): desarrolle un manual de supervivencia para pacientes psiquiátricos.
• Todo en un punto + El libro de arena (Borges): un libro sin principio ni final, cuyas hojas crecen y decrecen sin origen ni conclusión identificable. Se puede empezar y dejar en cualquier página.
• Reparando la batería + Neuromante (Gibson): el libro es un mapa infográfico para construir la máquina de la derrota.
3)
Sea su peor cliente. La presión templa el carácter. Piense en condicionantes no solicitados para realizar el TP y luego trate de vulnerarlos. Ejemplo: no se puede hacer en libro con elementos que no pertenezcan al mundo de la industria gráfica, para todo cuento que incluya procesos (como El arte de la fotografía). Así, se descubrirá armando el libro como si se tratara de pruebas de impresión de toda naturaleza. O incluyendo correcciones sobre correcciones, para un libro en proceso que nunca llega a su fin. Plotters, ferros, cromalines, iris, docucolor, sublimación de cera, películas y hasta pruebas laser le serán de utilidad. Un prelibro propiamente dicho.
Hay algo peor que la hoja en blanco para hacer un proyecto, y es la hoja llena de garabatos donde ya no queda lugar para escribir. Cuando crea que todo está perdido y que el Diseño no es lo suyo, recuerde lo siguiente: mantenga la cosas simples. Desagregar es ganar.